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lunes, 18 de marzo de 2013

EL OBJETIVO DE LOS ARCADES

Después de escribir desde el 2008 sobre arcades en este blog nunca había dedicado unas líneas a algo tan básico como es intentar responder a preguntas tan simples como ¿Por qué jugar a los arcades? ¿Qué nos motivaba a seguir echando monedas? No me refiero a lo que podemos hacer actualmente, donde es posible jugar gratuitamente a cualquier juego gracias a emuladores como MAME sin buscar un objetivo concreto, tan sólo pasar un buen rato o recordar viejos tiempos.. Esto se podría extrapolar a la época de las recreativas pero en aquél momento las partidas costaban dinero, y por lo tanto había que justificar el gasto de alguna forma. Era necesario rentabilizar la inversión e intentar aguantar todo lo posible con las 25 consabidas pesetas. La jugabilidad en sí misma resultaba divertida y el apartado técnico que ofrecían los arcades era muy superior a los ordenadores y consolas domésticos de aquella época y nos dejaba impactados,surgiéndonos la necesidad de querer disfrutar de todo aquello. Pero parece claro que no era suficiente para justificar repetir partida tras partida en un mismo juego. Tenía que existir algún objetivo, jugar para alcanzar algo más allá de la diversión propia del juego.. El hombre siempre tiene que tener una justificación para todo, hacerlo porque sí no forma parte de nuestra lógica.